Lost Forevers. Amores que parten para nunca volver



Con el corazón desgarrado, y sin miedo a equivocarme, me atrevo a decir que estamos ante uno de los momentos más tristes y memorables de la saga del juego Final Fantasy: Me refiero a la muerte de uno de los personajes más entrañables para todos: Aeris Gainsborough
Esta dulce y adorable chica, epítome de la ternura, es acribillada por la espada de Sepphiroth mientras de la manera más pura rezaba una plegaria (¿de que otra manera pudo haber muerto?).
Cloud inmediatamente trata de ayudar a Aeris mientras que Sepphiroth dice algunas palabras acerca de que el espíritu de ella se unirá con la energía de la Tierra y se fundirá con él. Cloud se enfurece porque no le interesa lo que sigue, le interesa que Aeris se ha ido, se ha ido para siempre, se ha ido para no volver.
A Sepphiroth le sorprende que Cloud tenga sentimientos y Jenova le dice a Cloud que él es sólo un títere, que deje de actuar como si tuviese sentimientos.
Cuando todos asumen que Aeris ya está muerta y que no hay nada que hacer para cambiar esa situación, Cloud la toma entre sus brazos y la sepulta en la laguna del Templo de los Ancestros en la Ciudad perdida, donde cae lentamente hasta llegar al fondo.
Un momento de gran tensión dramática donde Cloud nos muestra la gran tristeza que siente porque había pensado en una vida futura con Aeris y por una razón de fuerza mayor ajena a él, se esfuma y la tiene que olvidar.
Este momento es reforzado por las grandes animaciones que incorporó el Playstation a los juegos de la serie, y es llevado de la mano de música apropiada para desgarrar el corazón.
Un momento inolvidable pues es el primer Final Fantasy donde un personaje principal muere y no regresa nunca más (En Final Fantasy IV muere la prometida de Edward y en Final Fantasy VI el abuelo de Celes) nunca me podré reponer de que era mi personaje con más experiencia y tuve que aceptar su pérdida, por eso puedo entender a Cloud a la perfección.



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